"A veces la rutina
nos doblega las alas,
domestica las ganas,
el deseo,
la urgencia del reloj
nos sella la salida.
Muy apenas una mano
pequeña se hunde en la arena
y nos rescata.
A veces la ternura
(dulcisima pirata)
abre un poro
en el muro
y respiramos..."
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